Las peregrinaciones marítimas a Santiago podrían dividirse en tres períodos. Entre los siglos XI y XIII las expediciones de los cruzados a Tierra Santa desde el norte de Europa, se detenían en los puertos gallegos y se dirigían caminando a Compostela para impetrar la ayuda del Apóstol en la defensa de los Santos Lugares frente al islam. Los puertos del sur de Inglaterra eran lugar de agrupación de las flotas para continuar el viaje.

A partir del siglo XII, la creación de la Liga Hanseática dio un fuerte impulso a las peregrinaciones marítimas a Santiago desde los países bálticos y del Mar del Norte. La Liga, conocida también como Hansa, era una alianza de hombres de negocios de Alemania, Inglaterra, Flandes y países escandinavos, instalados en más de 100 ciudades del Mar Báltico y el Mar del Norte, cuya función era la potenciación del comercio y la autoprotección de los ataques de piratas, corsarios y buques de guerra enemigos, navegando agrupados en flotillas. Llegó a tener asociados más de 1.000 navíos. Su período más floreciente fue el comprendido entre los siglos XIII y XVI. Su centro de operaciones se encontraba en la ciudad de Lübeck y el Apóstol Santiago era uno de sus patronos.

Los navíos hanseáticos admitían peregrinos en sus expediciones comerciales, que tocaban puertos de Galicia, preferentemente el de La Coruña.  En los puertos de los mares bálticos y del Norte se conocía a Galicia como Jacobsland, la Tierra de Santiago. Los puertos principales integrados en la liga, eran los de las ciudades de Straslund, Rostock, Lübeck, Hamburgo y Bremen; sus expediciones hacían escales en puertos de Noruega, Escocia, Flandes, Inglaterra y Francia, antes de llegar a la costa gallega.

Durante los siglos XIV, XV y hasta que se produjo la división de la Iglesia el año 1522, existieron líneas regulares de navíos entre puertos del sur de Inglaterra y La Coruña, sobre todo en los años santos, jubilares o de perdonanza, para el traslado de peregrinos jacobeos.

Los puertos más activos fueron los de Plymouth, Dartmouth, Southampton y Bristol. Gracias al trabajo de investigación de la historiadora inglesa Constance Mary Storrs, conocemos muchos datos de esas peregrinaciones, basadas en los registros oficiales ingleses sobre estas expediciones: nombre del navío, del armador y del concesionario de la licencia para el viaje, número de peregrinos autorizados a viajar, puerto de salida, etc.

A partir de la Reforma de Lutero, las peregrinaciones marítimas desde el norte de Europa decayeron notablemente, para tener una cierta recuperación a finales del siglo XIX.